jueves, 28 de agosto de 2014

Las razones de por qué no lo dijimos antes

Las voces lentamente se fueron acallando, pero nosotras nos quedamos pensando, con algunos sentimientos a flor de piel y con la convicción de que vamos por el camino correcto: el camino de la información, de la lucha contra los prejuicios, de promover derechos y el cuidado propio.  Eso nos dejó el debate generado a raíz de la nota ¿Por qué no me lo dijiste antes? publicada por Revista Anfibia de nuestra compañera Mariana Iacono, a quien felicitamos por su trabajo, y por animarse a poner sobre la mesa el derecho a la confidencialidad e intimidad, interpelando directamente a la conducta y creencias de quienes leyeron esa nota.

En mucho de los comentarios surgidos a raíz de la crónica subyace la idea de que el derecho a la información de quien supuestamente no vive con VIH – más del 30% de las personas con VIH lo desconoce- prima sobre el derecho a la confidencialidad de quien lo tiene. Pero si hablamos de derechos en Argentina no existe obligación legal de manifestar que uno vive con VIH a la pareja sexual y en el derecho penal argentino no está tipificado como delito la transmisión del virus entre parejas.